Nuestra reunión zonal, realizada nuestra amada iglesia de Viña del Mar Santa Inés, fue llena de la presencia de Dios desde principio a fin. Fue una jornada gloriosa, en la cual pudimos ver cómo el poder de Dios estuvo presente desde el punto de predicación, al cual llegaron a participar cerca de 80 jóvenes de 8 de las 9 iglesias presentes en la zona.
Cada uno de los jóvenes que tuvo la oportunidad para alabar el nombre de Dios en la vía pública, lo hizo con denuedo, con valentía y con testimonio, dando a conocer y entregando un mensaje de esperanza y amor para la humanidad. Fuimos testigos de como personas de diferentes edades (niños, jóvenes y adultos) se detenían y escuchan la predicación del evangelio, siendo sorprendidos por la cantidad de jóvenes que con carácter hablaban del mensaje de Jesucristo.
Habiendo predicado el evangelio nos dirigimos a la iglesia, donde fuimos atendidos de forma muy cariñosa por la iglesia anfitriona. Una vez terminada la once se dio comienzo a la reunión a las 18:30 horas, en cual participaron alrededor de 140 jóvenes y señoritas de 8 de 9 iglesias de la zona.
El servicio comenzó de gran manera, nuestros hermanos coristas fueron los encargados de llamar la presencia del Señor, la que sin duda se dejó sentir en nuestros corazones.
Posteriormente, la lectura de la palabra del Dios, que estuvo a cargo de nuestro hermano Claudio Valdebenito de nuestra iglesia de Quintero, se encontró en el libro de Daniel.
La palabra de Dios era lo que el pueblo joven de Dios necesitaba, por ello entendemos que la revelación viene de lo alto y Dios habla conforme a las necesidades de su pueblo.
“No ensanches el camino de Dios, camina por la senda angosta que trazó Jesucristo”.
La palabra de Dios nos interpeló y nos hizo reflexionar profundamente acerca de nuestro entendimiento del evangelio y de nuestra manera de vivir como jóvenes cristianos.
Los que estuvimos presentes fuimos testigos de lo que Dios anhela para los jóvenes y señoritas: “un pueblo santo, recto y de limpio corazón”. Su palabra nos llamó a resistir a las tentaciones de este mundo, a ser fuertes, a derrotar a nuestro enemigo para que así el mismo Dios nos dé victoria y bendiga a los que han perseverado en la fe y la doctrina cristiana.
Alabamos el nombre de nuestro Dios, porque habló a nuestros corazones. Sin duda, la reunión celebrada en día sábado 03 de marzo en la iglesia de Santa Inés marcó profundamente nuestras vidas y nos hizo abrir nuestros ojos, para cuidar la salvación que Cristo con su vida nos dio en la cruz.
